Consejos para fortalecer el matrimonio

Una casa sólo puede ser tan fuerte como las partes que la componen — específicamente, esposo, esposa e hijos. Las familias sanas están hechas de individuos sanos, y los matrimonios exitosos y felices tienden a producir niños bien adaptados y pujantes.
Dado que los esposos conectados y amorosos hacen a mamás y papás más efectivos, lo mejor que puedes hacer por tus hijos es concentrarte en crear el lazo más fuerte posible con tu compañera.

  1. Compromiso de por vida. Comprometerse delante de Dios a vivir juntos en todo momento. Las parejas que entienden esto entran a su relación con la actitud de que a pesar de los desafíos de la vida, están dedicados el uno al otro y no querrán tirar la toalla cuando los tiempos se pongan difíciles.
  2. Intimidad espiritual compartida. Las parejas prósperas comparten una fe profunda. Ven a su Creador como la base de su relación.
  3. Respeto a la unicidad de cada individuo. No pierdas de vista lo que los atrajo mutuamente antes de que llegaran los hijos. Los padres que saben quiénes son y a dónde van, alientan naturalmente a cada uno de los otros miembros de la familia a hacer los mismos descubrimientos. Motivan a los hijos a buscar y seguir sus propios caminos y a desarrollar sus talentos e intereses especiales.
  4. Comunicación positiva. La comunicación es el corazón y alma de cualquier relación dinámica. Es importante para maridos y esposas pasar mucho tiempo hablando y tratando de entender los pensamientos y sentimientos del otro.
  5. Manejo sano de conflictos. La clave para el éxito matrimonial radica en el modo en que la pareja maneja los conflictos inevitables del matrimonio — esto es, manteniendo las cuentas claras y no dejando que la ira cause resentimiento.
  6. Pasar tiempo agradable juntos. Las parejas que prosperan pasan tiempo agradable juntos deliberadamente. Programan citas nocturnas regulares y desarrollan tradiciones familiares significativas. 
  7. Amar. Los matrimonios exitosos están hechos de dos personas que se valoran y honran el uno al otro. Puedes hacer esto escribiendo una lista de las cosas que valoras de tu compañera, revisándola con frecuencia y compartiéndola con ella.
  8. Sustentar. El sustento es cuestión de descubrir el “lenguaje del amor” de tu compañera y aprender a usarlo para expresar afecto.
  9. Responsabilidad compartida. Las parejas con relaciones dinámicas hablan abiertamente sobre sus roles en el hogar. Idean un plan viable que preserva la justicia en la forma en que divide las tareas y responsabilidades domésticas.
  10. Intimidad física mutuamente satisfactoria. Las parejas florecientes celebran regularmente su matrimonio con intimidad física. Entienden que esto incluye afecto, ternura, calidez y contacto físico.
  11. Hacer frente al cambio, el estrés y la crisis. Los maridos y esposas exitosos reconocen que las presiones y dificultades externas llegarán sobre ellos. Se preparan para los tiempos difíciles y hacen previsiones para buscar ayuda afuera cuando lo necesitan.
  12. Orientados a la comunidad. Los compañeros de matrimonios sanos, se dan cuenta de que necesitan a otras personas y que otras personas los necesitan a ellos. Se involucran en comunidades de apoyo donde tienen muchas oportunidades para dar y recibir aliento.

 

 

Qué hacer y que no para Fortalecer su matrimonio

«De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.» Genesis 22:17

El amor es como una planta: necesita agua (afecto, consideración, respeto, confianza, etc.), necesita abono (detalles, intimidad, ilusión, alegría, etc.), y necesita poda (rectificación de defectos, erradicación de los malos hábitos, etc.); de lo contrario, se seca.

En otras palabras, una relación conyugal madura no será posible si no la cuidamos en el día a día, si no la nutrimos con vitaminas (emociones positivas), y si no la defendemos de todo aquello que pueda envenenarla o contaminarla (emociones tóxicas).

20 cosas que EVITAR:

-1. No decirle nunca al otro que se le quiere: se da por hecho que ya lo sabe.

-2. Guardar rencor hacia los errores del otro y no querer perdonarle.

-3.  Fijarse sólo en los defectos del otro, y no en sus virtudes.

-4.  Acostumbrarse a la compañía del otro: que parezca algo normal, algo que merecemos.

-5.  Jugar con su amor, considerando que hay cosas más importantes: salidas frecuentes a solas, intimar con otras personas.

-6.  Mecanizar la relación de amor, no poner esmero en los detalles.

-7.  No reírse nunca en casa, reservando la alegría para fuera de ella.

-8.  No decirle nunca al otro lo bien que hace algo, no se lo vaya a creer.

-9.  Ignorar al otro.

-10. Rechazar tener hijos porque sólo dan problemas.

-11. Juzgar las intenciones del otro. Interpretar sus gestos y sus palabras: “Ya sé por qué dices esto o aquello… En el fondo, tú siempre…”.

-12. Hacer de padre o de madre para el otro. Practicar las técnicas parentales con el cónyuge: “haz esto, no hagas aquello, saluda, sonríe, come bien,…”.

-13. Utilizar la ironía, el sarcasmo, el grito, la ridiculización, la descalificación o el desdén al dirigirse al otro.

-14. Dudar, desconfiar, pensar siempre mal, adelantarse a los acontecimientos en negativo, etc.

-15. No querer al otro como es, sino como nos gustaría que fuese.

-16. Ser pasivo, esperar a que el otro tome siempre la iniciativa.

-17. Ser conformista (inmovilista). Creer que «si estamos bien», mejor no hacer cambios que «compliquen la vida».

-18. Instrumentalizar al otro.

-19. Poner barreras al diálogo: cerrar habitual y prolongadamente la comunicación.

-20. Ser infiel al proyecto en común, pero no entendido exclusivamente como las relaciones sentimentales y/o sexuales con otra persona, sino en su totalidad.

 

20 cosas que HACER:

– 1. Decirle todos los días que se le quiere: le gusta escucharlo, aunque ya lo sepa.

– 2. Aprender a perdonar y a olvidar los errores.

– 3. Fijarse en sus virtudes. Pensar que uno mismo también tiene defectos.

– 4. Agradecer cada día la posibilidad de tenerlo cerca: no darlo por hecho.

– 5. Proteger lo más importante que uno tiene: el amor del otro. No arriesgarlo y cuidarlo con todas las fuerzas.

– 6. Disfrutar mutuamente con cada detalle, y esforzarse por tener nuevos detalles de amor cada día.

– 7. Contagiar alegría. Prescindir de lo negativo y buscar lo positivo que las personas y las cosas encierran, ser optimistas, tener buen humor y saber reír.

– 8. Admirar y respetar al otro. Cuando uno ama a otro, es importante decirle lo que nos gusta y valoramos de él, siempre desde una posición de sinceridad y honestidad, y nunca para manipularlo o conseguir algo que deseamos.

– 9. Escucharlo. ¡Sentirse escuchado es muy gratificante!

– 10. Ser leal y permanecer fiel al compromiso adquirido, trabajar día a día para reavivar ese proyecto común, intentar que esa ilusión inicial, ese amor, crezca; o, al menos, se mantenga, y la vida resulte gratificante para ambos.

– 11. Permanecer abierto a la vida, cuidar de los hijos: el trabajo y la diversión no son lo primero.

– 12. No juzgar. No hay nada más temerario que hacer juicios temerarios.

– 13. Respetar al otro: es una persona adulta y responsable. No necesita que nadie le diga qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo.

– 14. Quererlo tal como es.

– 15. Respetar las formas: éstas cuentan, y mucho. La familiaridad no debe convertirse en ordinariez, insensibilidad, falta de respeto o grosería.

– 16. Confiar es básico. La relación conyugal debe estar siempre presidida por una confianza básica, es decir: tener la seguridad de poder confiar en el cónyuge, y de que siempre lo encontraremos a nuestro lado.

– 17. Tomar la iniciativa, ser creativos. Cada cónyuge ha de asumir la plena responsabilidad de mejorar la relación. El matrimonio no es cosa de uno, es cosa de dos.

– 18. Aceptar los cambios, comprender que la relación es dinámica, que tanto uno como otro cónyuge cambian con el tiempo, y que los dos se tienen que ajustar a esos cambios.

– 19. Apoyarlo, respetar su libertad y procurar su pleno desarrollo personal.

– 20. Dialogar. El silencio y la incomunicación son los mayores enemigos.

En el Ministerio Fundamento para la Familia apoyamos a las familias y nuestro tareas en formar comunidades de fe con matrimonios fuertes y familias saludables.

Dr. Héctor Salinas Ayala
Director Fundamento para la Familia
hectorsali@yahoo.es