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Una casa sólo puede ser tan fuerte como las partes que la componen — específicamente, esposo, esposa e hijos. Las familias sanas están hechas de individuos sanos, y los matrimonios exitosos y felices tienden a producir niños bien adaptados y pujantes.
Dado que los esposos conectados y amorosos hacen a mamás y papás más efectivos, lo mejor que puedes hacer por tus hijos es concentrarte en crear el lazo más fuerte posible con tu compañera.
Qué hacer y que no para Fortalecer su matrimonio
«De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.» Genesis 22:17
El amor es como una planta: necesita agua (afecto, consideración, respeto, confianza, etc.), necesita abono (detalles, intimidad, ilusión, alegría, etc.), y necesita poda (rectificación de defectos, erradicación de los malos hábitos, etc.); de lo contrario, se seca.
En otras palabras, una relación conyugal madura no será posible si no la cuidamos en el día a día, si no la nutrimos con vitaminas (emociones positivas), y si no la defendemos de todo aquello que pueda envenenarla o contaminarla (emociones tóxicas).
20 cosas que EVITAR:
-1. No decirle nunca al otro que se le quiere: se da por hecho que ya lo sabe.
-2. Guardar rencor hacia los errores del otro y no querer perdonarle.
-3. Fijarse sólo en los defectos del otro, y no en sus virtudes.
-4. Acostumbrarse a la compañía del otro: que parezca algo normal, algo que merecemos.
-5. Jugar con su amor, considerando que hay cosas más importantes: salidas frecuentes a solas, intimar con otras personas.
-6. Mecanizar la relación de amor, no poner esmero en los detalles.
-7. No reírse nunca en casa, reservando la alegría para fuera de ella.
-8. No decirle nunca al otro lo bien que hace algo, no se lo vaya a creer.
-9. Ignorar al otro.
-10. Rechazar tener hijos porque sólo dan problemas.
-11. Juzgar las intenciones del otro. Interpretar sus gestos y sus palabras: “Ya sé por qué dices esto o aquello… En el fondo, tú siempre…”.
-12. Hacer de padre o de madre para el otro. Practicar las técnicas parentales con el cónyuge: “haz esto, no hagas aquello, saluda, sonríe, come bien,…”.
-13. Utilizar la ironía, el sarcasmo, el grito, la ridiculización, la descalificación o el desdén al dirigirse al otro.
-14. Dudar, desconfiar, pensar siempre mal, adelantarse a los acontecimientos en negativo, etc.
-15. No querer al otro como es, sino como nos gustaría que fuese.
-16. Ser pasivo, esperar a que el otro tome siempre la iniciativa.
-17. Ser conformista (inmovilista). Creer que «si estamos bien», mejor no hacer cambios que «compliquen la vida».
-18. Instrumentalizar al otro.
-19. Poner barreras al diálogo: cerrar habitual y prolongadamente la comunicación.
-20. Ser infiel al proyecto en común, pero no entendido exclusivamente como las relaciones sentimentales y/o sexuales con otra persona, sino en su totalidad.
20 cosas que HACER:
– 1. Decirle todos los días que se le quiere: le gusta escucharlo, aunque ya lo sepa.
– 2. Aprender a perdonar y a olvidar los errores.
– 3. Fijarse en sus virtudes. Pensar que uno mismo también tiene defectos.
– 4. Agradecer cada día la posibilidad de tenerlo cerca: no darlo por hecho.
– 5. Proteger lo más importante que uno tiene: el amor del otro. No arriesgarlo y cuidarlo con todas las fuerzas.
– 6. Disfrutar mutuamente con cada detalle, y esforzarse por tener nuevos detalles de amor cada día.
– 7. Contagiar alegría. Prescindir de lo negativo y buscar lo positivo que las personas y las cosas encierran, ser optimistas, tener buen humor y saber reír.
– 8. Admirar y respetar al otro. Cuando uno ama a otro, es importante decirle lo que nos gusta y valoramos de él, siempre desde una posición de sinceridad y honestidad, y nunca para manipularlo o conseguir algo que deseamos.
– 9. Escucharlo. ¡Sentirse escuchado es muy gratificante!
– 10. Ser leal y permanecer fiel al compromiso adquirido, trabajar día a día para reavivar ese proyecto común, intentar que esa ilusión inicial, ese amor, crezca; o, al menos, se mantenga, y la vida resulte gratificante para ambos.
– 11. Permanecer abierto a la vida, cuidar de los hijos: el trabajo y la diversión no son lo primero.
– 12. No juzgar. No hay nada más temerario que hacer juicios temerarios.
– 13. Respetar al otro: es una persona adulta y responsable. No necesita que nadie le diga qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo.
– 14. Quererlo tal como es.
– 15. Respetar las formas: éstas cuentan, y mucho. La familiaridad no debe convertirse en ordinariez, insensibilidad, falta de respeto o grosería.
– 16. Confiar es básico. La relación conyugal debe estar siempre presidida por una confianza básica, es decir: tener la seguridad de poder confiar en el cónyuge, y de que siempre lo encontraremos a nuestro lado.
– 17. Tomar la iniciativa, ser creativos. Cada cónyuge ha de asumir la plena responsabilidad de mejorar la relación. El matrimonio no es cosa de uno, es cosa de dos.
– 18. Aceptar los cambios, comprender que la relación es dinámica, que tanto uno como otro cónyuge cambian con el tiempo, y que los dos se tienen que ajustar a esos cambios.
– 19. Apoyarlo, respetar su libertad y procurar su pleno desarrollo personal.
– 20. Dialogar. El silencio y la incomunicación son los mayores enemigos.
En el Ministerio Fundamento para la Familia apoyamos a las familias y nuestro tareas en formar comunidades de fe con matrimonios fuertes y familias saludables.
Dr. Héctor Salinas Ayala
Director Fundamento para la Familia
hectorsali@yahoo.es